¿Es un simple dolor de estómago o algo más serio? Si bien algunas causas de malestar gastrointestinal en perros y gatos pueden explicarse fácilmente por una indiscreción dietética (como hurgar en la basura), un ataque de parásitos intestinales o incluso un cambio en la alimentación , otras no son tan claras. Si parece que no puede controlar los problemas estomacales de su mascota, la enfermedad inflamatoria intestinal (EII) puede ser la culpable. Un examen exhaustivo con su veterinario puede ayudar a reducir el problema y recuperar la salud digestiva de su mascota.
¿Qué es la enfermedad inflamatoria intestinal?
La EII no es una enfermedad específica; más bien, es un término usado para describir un grupo de condiciones caracterizadas por inflamación crónica e irritación de los intestinos y el estómago.
¿Cuáles son los signos?
Debido a que la enfermedad inflamatoria intestinal puede afectar diferentes partes del tubo digestivo, los signos clínicos pueden variar. Los dos signos más comunes de la EII son los vómitos (cuando la enfermedad afecta al estómago) y la diarrea (cuando se trata de los intestinos). En algunas mascotas, ambas partes del tracto digestivo están involucradas, por lo que se producen tanto vómitos como diarrea. Si la enfermedad se presenta durante varias semanas o meses, también son comunes la pérdida de peso y la falta de apetito .
¿Qué causa la enfermedad inflamatoria intestinal?
Si bien se desconoce la causa exacta, varios factores, incluidos la genética, las alergias , la salud del sistema inmunitario y la enfermedad subyacente, pueden desempeñar un papel en el desarrollo de la EII.
¿Cómo se diagnostica?
Para diagnosticar con éxito la EII, su veterinario deberá comenzar por descartar cualquier otra posible causa de los problemas digestivos de su mascota, incluidas enfermedades como diabetes y pancreatitis , obstrucciones gastrointestinales, parásitos intestinales y cáncer . Para hacer esto, su veterinario recomendará pruebas de laboratorio y diagnóstico por imágenes para recopilar información adicional.
La única forma de confirmar un diagnóstico de EII es con una biopsia intestinal. La irritación crónica que causa la EII estimula al cuerpo a enviar células del sistema inmunitario al área afectada. Así, la enfermedad se diagnostica cuando estas células se identifican al microscopio en niveles anormales en el tejido.
Para obtener estas células, se realiza una biopsia pasando un endoscopio por el estómago o el colon de la mascota bajo anestesia . Luego se pasa un pequeño instrumento de biopsia a través del endoscopio y se usa para tomar pequeñas muestras del revestimiento o mucosa del órgano afectado. Estas muestras luego se envían a un patólogo para que las examine al microscopio. Si se confirma una respuesta inflamatoria anormal, es posible que aún se requieran más pruebas para determinar la causa de la reacción.
¿Cómo se trata la EII?
La forma ideal de tratar la EII es diagnosticar y tratar la enfermedad subyacente que provoca la respuesta inflamatoria; sin embargo, no siempre se puede encontrar una causa definitiva. En este caso, la enfermedad se denomina idiopática, lo que significa que no existe una causa conocida. Muchos casos de EII se consideran idiopáticos. Las opciones para tratar la EII idiopática incluyen:
- Prueba de alimentos: algunas mascotas con EII responderán a un cambio en la dieta. Su veterinario puede ayudarlo a seleccionar una dieta rica en fibra o proteína novel (una que contenga una fuente de proteína a la que su mascota nunca haya estado expuesta, como pato o conejo) para probar. Sin embargo, para que la dieta de prueba sea efectiva, debe administrarse estrictamente (sin mezclar con otro alimento) durante seis a ocho semanas como mínimo.
- Prueba de antibióticos: en algunos casos, los signos gastrointestinales pueden estar asociados con un desequilibrio de bacterias en el tracto digestivo. Su veterinario puede sugerir un curso de prueba de antibióticos para corregir este desequilibrio.
- Medicamentos: si la terapia dietética y/o antibiótica no es efectiva, se pueden recetar corticosteroides para suprimir la respuesta inflamatoria en el tracto GI. Su veterinario trabajará con usted para encontrar la dosis efectiva más baja para su mascota y eventualmente puede recomendar que se interrumpa la terapia para evaluar si aún es necesaria. Si los signos de EII reaparecen después de suspender la medicación, se debe reanudar el tratamiento para mantenimiento. Dependiendo de la condición de su mascota, su veterinario también puede recomendar el uso de otros suplementos, como los probióticos .
Desafortunadamente, se requiere una terapia a largo plazo para muchas mascotas diagnosticadas con EII. La mayoría de los casos no se pueden curar, pero se pueden manejar de manera eficaz con la guía de su veterinario.
Disclaimer
La información contenida en este blog tiene un propósito meramente divulgativo y nunca debe tomarse como consejo veterinario ni sustituye a una consulta veterinaria. Clínica veterinaria Noreña declina toda responsabilidad ante el uso indebido de la información expresada en este blog. Si un animal presenta síntomas de enfermedad o sospecha de cualquier padecimiento, acuda a su centro veterinario de confianza lo antes posible para una correcta valoración facultativa.